martes, 16 de septiembre de 2008

Colgante con gema engastada en hilos de plata




El dije tejido con hilos de plata 1000, con piedra agata, engastada.
La cadena de plata 950.


ÁGATA

El nombre ‘ágata’ proviene del río Achates, al sur de Sicilia, en Italia, donde se dice que se encontró la primera de estas piedras.

El ágata fue muy venerada por los antiguos y se le consideraba como la piedra de la ciencia. Se creía que el ágata de la India era el mejor remedio para las enfermedades de los ojos, y que el ágata egipcia era muy efectiva contra las mordeduras de arañas y picaduras de escorpiones.

Las ágatas de Aleppo, en Arabia, recibieron el nombre de “ágatas de ojo”, debido a que parecían pupilas rodeadas del iris. Eran muy estimadas y se usaban como ojos en las imágenes de los dioses. También se han encontrado en las cuencas oculares de las momias del viejo Egipto.

En el Islam las ágatas también son piedras muy preciadas. Según la tradición, un anillo de ágata, por ejemplo, protege a su portador de ciertos percances y le garantiza la longevidad, entre otros beneficios.

A menudo, para comercializarlas, las ágatas se tiñen para resaltar el dibujo que forman sus bandas. De esta manera, se obtienen colores mucho más vivos.

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